Error en el envío

Las letras de molde, aún en estos tiempos de cultura digital, me siguen llamando la atención.
Por eso, a pesar de que ayer intentaba huir de la lluvia, una hojita suelta sobre el pavimento mojado atrapó mi atención.
¿Qué lectura quedó pendiente allí, pegoteada sobre el cemento y pronta a su destrucción?
¿Sería un despechado que quiso alejar un pensamiento?
¿O un lector desatento que perdió con este papel una línea argumental que, por más que nosotros la leyéramos, sólo tenía sentido para él?
Sin avisar siquiera, como esos correos electrónicos que por problemas de tipeo o en la distribución de mensajes, vuelven a nuestra casilla.
Como un mensaje arrojado dentro de una botella al mar, tal vez ese mensaje no llegue nunca al destinatario.+