Poetas Callejeros
Hay que apartar los ojos de la avenida.
Estar atento a lo que allí suceda para verlos.
Ahí están. Son cazadores de detalles,
formas, colores, olores, andares.
Munidos de anotador y birome,
no son lo que parecen.
Gozan del aire libre.
Se los puede ver en días fríos y de calor,
con nubes o con lluvia.
Ahora también los han visto con los hombros nevados,
merodeando en las esquinas.
Son gente relajada, que no se engancha
con el trajín urbano.
Hay que observarlos en días
de tránsito paralizado. Auto contra auto.
Ellos permanecen cerca pero distantes,
muchas veces anotando como locos en sus blocks,
a cuyas hojas las hacen girar como matracas.
Fuman, sonríen, pero nunca intervienen.
Hacen de la calma una pasión.
He notado que hay conductores que los utilizan
como analistas, en quienes descargar sus tensiones.
Sí, como una catarsis.
Se bajan del auto para gritarles.
Ellos son un lago planchado.
Tal vez por eso nunca nadie
usó sus manos para exorcisar sus broncas.
Estos pájaros azules son alegres.
Cantan con sus silbatos.
También juegan a las chapas,
registrando todo dato.