La Operación


- ¡No te podés ni imaginar la emoción que me produce esta operación!
- ¿Cómo no te voy a entender si te conozco desde hace años, Urbano?
- No, pero esto es algo mucho más importante. Tratá de pensar como médico, figurate a mis hijos.
- Es cierto: cuando ellos sepan de esto te van a reconocer como un verdadero médico. Debe ser muy lindo para vos. ¡Cuántos colegas tuyos quisieran hacer una operación como la tuya!
- Siento que cada bocacalle, que cada imagen me quedará impregnada en mi memoria...
- No es para menos...
- Pienso en el día de mañana. Muchos colegas, cuando se enteren, van a querer copiar cada uno de mis movimientos, con detalle. ¡Me van a venerar!
- Es que la profesión tuya ha cambiado mucho en estos últimos años. Tantos rigores hacen que este tipo de cosas se valoren más que nunca.
- ¡Hay tanta mediocridad!
- Yo no sería tan injusto. Pensá que a vos te fue bien, que si no...
- Ahora me vas a decir que es suerte...
- No, flaco, tranqui; creo que te lo merecés.
- No me voy a pelear con vos, que ni sos doctor y me estás dando una mano enorme acompañándome.
- Todo se ha vuelto muy peligroso y vos sabés que te quiero mucho. Me sentiría pésimo si no lograras asegurarte este depósito. ¿Dónde quedaba el Banco?